La semana pasada fueron las
Jornadas 2006 del Ameghino, donde casi un centenar de analistas se dieron cita para intentar responder a una pregunta:
"¿Cómo cura el psicoanálisis en el Hospital?".
Cada cual hizo su aporte en el intento por responder semejante interrogante, ante la dificultad, surgieron juegos semánticos y sintácticos con la pregunta, escansiones, comentarios, chistes, etc. Todo menos responderla. No por descuido u omisión, sino -supongo- por dos cuestiones: o no tiene respuesta, o nadie está en condiciones de arrogarse saber semejante, entonces mejor bordearlo...como con muchas otras cosas.
Carpintero aseguró la necesidad de la historia para poder construir un futuro; y Saidón completó instando a la creatividad, concepto que muchos intentaron retomar. Así, bromeando con la omnipotencia de Dios, luego Dios tomó la palabra.
Parece que ya no se trata de desmanicomialización sino más bien de las
tensiones entre distintas disciplinas... A propósito de tensiones dicho panel tuvo su contrapartida en la idea de que no habría que responder al incesante pedido de lo nuevo. Barros entiende que responde a la proliferación de objetos del capitalismo, y desestabilización mediante justamente no ocurre más que una escena que engorda la lógica capitalista. Así, fiel a la idea de que quitar el conflicto no suele ser lo más saludable, instaló el
debate entre psicoanalistas y psicoanalistas.
Las mesas se sucedieron entre intervalos de escaleras, cafecitos, encuentros entre colegas, chismes del ambiente, etc. Hubo mesas de agitados debates y también de silencios tétricos, de lecturas y de interpretaciones. Algo así son los encuentros de cada año.