lunes, 9 de noviembre de 2009

¿Avivada?

Electroshock ¿Malas ondas? Revista Viva. Domingo 8 de Noviembre de 2009. Pag. 56

Los domingos, mientras desayuno suelo pasar las hojas de la revista que viene con el diario, que justamente parece tener ese destino: pasar. Y no está mal, tal vez acompañan la atmósfera del día de relax. Para mayor contenido están las revistas culturales del sábado, u otras aún mejores.

Lo innegable de esta dominguera publicación es que participa en la creación de la opinión publica. Miles de personas deben hacer lo mismo que yo. Transitan sus páginas mientras untan la tostada con mermelada. Probablemente, muchos de ellos la tomen como una fuente de información fidedigna. Supongo que debe pasarme con temas que desconozco, pero no es el caso.

Como quien encuentra una pastilla de éxtasis en medio de un helado de dulce de leche, leí Electroshock en una de las hojas de la Revista Viva de ayer y casi se me cae la tostada. Qué podía significar un artículo como ese en una revista sin consecuencias, pisándole los talones al año 2010. ¿Malas ondas? Sí. Un tufillo extraño, que sobrevuela la salud mental de nuestro país en los últimos meses.

No voy a hablar de qué se trata la técnica de electroshock, ya bastante la promocionaron en la viva revista. Simplemente diré que se utilizaba hace unos sesenta años atrás, cuando la industria psicofarmacológica no estaba tan desarrollada como ahora y cuando el paradigma del tratamiento de la locura, era asilar. Es decir, al loco había que aislarlo. Hoy en día, la supuesta política de salud que intenta impartir el Gobierno de la Ciudad, apuntaría a la inclusión, a la desmanicomialización, etc. Todo muy lindo pero que los pacientes no piensen. Démosle un lindo nombre a la patología, que los acompañe toda la vida y convenzámoslo de que el electroshock será bueno para su salud. De esa manera se someterá feliz a un procedimiento que arrasará con su subjetividad y lo hará presa del capricho eléctrico del sádico que se lo aplique.

No me caben dudas de que en la antigüedad, ciertos casos de psicosis graves deben haber recogido efectos terapéuticos gracias al electroshock. Yo misma, en mis años de hospital presencié no solo un electroshock sino también sus efectos: una paciente catatónica viró hacia la manía.
Lo más salvaje de este artículo presentado en medio del rugbier del siglo y Bioy Casares, es que habla de la aplicación de está maldita técnica en los famosos pacientes bipolares de hoy, o en las depresiones graves (que muchas veces no son más que gente normal un poco deprimida, que trata de sobrellevar su angustia recurriendo a soluciones bruscas). Existe una marea de palabras ofrecidas cual nombres que la gente consume a lo loco. Pareciera que uno no existe si no es bipolar, tiene un amigo deprimido, fóbico o con ataques de pánico. Es top, hay que tenerlo.

Algún fanático de la Revista, pordía defenderla argumentando que plasmaron allí ambas campanas. Es cierto. Se le da la palabra a un psicoanalista y se menciona que hay toda una corriente de salud mental que considera que no es el tratamiento adecuado. Pero tan cierto como eso -y para mi gusto lo más perverso del artículo- es que los recortes que ilustran la nota, las palabras grandes ubicadas a los lados de los párrafos, todas ellas proponen al electroshock casi como una novedosa técnica de curación. Me he tomado el trabajo de transcribirlas, para que mis lectores (dos o tres locos como yo, muy lejanos a los millones que leen Clarín), puedan sacar sus propias conclusiones:

“En el Borda los médicos llevan sus aparatos. Las máquinas que hay son viejas”

“El electroshock es el único remedio para depresiones graves que son resistentes al uso de antidepresivos”

“Los efectos no deseados no son nada si se tiene en cuenta que las personas con depresión son proclives al suicidio”

Al comienzo decía, que el destino de estas páginas de domingo suele ser un mero desfile por ojos poco interesados. Miles de personas deben leer sólo estas frases sin darle mayor importancia. El problema es que unos días después puede producirse la siguiente escena:

- Mi cuñado está muy mal. El laburo está cada vez peor y el tipo la verdad que no le encuentra la vuelta. Mi hermana también ahí anda…
- ¿Hizo algún tratamiento?
- Si, fue a un par de psicólogos, pero no enganchó con ninguno.
- Tal vez está para psiquiatra.
- No sé…
- El otro día leí en el diario que el electroshock da buenos resultados, por qué no le comentas a tu hermana.
- Sí, yo también lo leí. Te juro, me acordé de él.
- Y bueno, con probar…
- Sí.

Parece un diálogo inofensivo, pero no lo es.
Una verdadera política que pretenda erradicar los manicomios debería hacer todo lo posible para que sus ciudadanos piensen, el electroshock está en las antípodas de ese propósito.

4 comentarios:

Heroedeleyenda dijo...

Bueno, la verdad no conozco el articulo. Pero por lo que puedo enterarme, me parece sumamente peligroso que se exhiba este metodo como un producto exitoso del mercado. Da la impresion que estubieran pagando por su promocion como necesidad apetecible de la nueva gama de productos para "chiflados"
Creo que ese tipo de articulos no pueden dejarse pasar como hojas de desparche dominguero.

Anónimo dijo...

Naty...

Yo tambien tengo la misma sensacion cuando paso las hojas de dicha revista.

Senti lo mismo que vos al leer la nota sobre electroshock... me dije "retrocedimos en el tiempo????"
La verdad... no podia creer lo que leia...

Tuve una sensacion similar... al leer la semana pasado sobre "ovodonacion"... tema que me llega mas de cerca, y del cual entiendo un poquitito mas y no pueden venderme ningun buzon

Como vos decis... el tema pasa en como llega a los pacientes con trastornos psiquiatricos o, en el caso de ovodonacion, en las pacientes con esterilidad

Gracias!!!! por volver a escribir

Segui asi!!!!!

Besos

Natalia Zito dijo...

Gracias por los comentarios!

Anónimo! decime quién sos, porque me suena que nos conocemos o no?

Saludos!

Deyvid dijo...

“El electroshock es el único remedio para depresiones graves que son resistentes al uso de antidepresivos”

Que se debe prestar suma atencion a los medios por los cuales la eficacia cobra presencia en el campo, sus consecuencias o posibles extralimitaciones, no es noticia nueva por parte del psicoanalisis.

Y este es un buen ejemplo para contragolpear a la eficacia; dado que se puede ejemplificar con este caso del electroschock que impacta electricamente logrando rechazo en la opinion popular; diferente destino que la ya aceptada pastilla o terapia cognitiva.