viernes, 6 de marzo de 2009

Psicoanálisis salvaje

Los psicoanalistas tenemos fama de gente rara. Si bien algo de cierto debe haber en ello, “rara” es una palabra difícil de determinar. El tema de hoy tal vez sea una de esas rarezas. Bastante molesta por cierto.

La fama de raros suele materializarse, por ejemplo, en esa idea de que andamos psicoanalizando sin mirar a quien, en todo momento y en todo lugar. Cosa que en la mayoría de los casos no es cierto. Lo que muchos no saben es que el peor salvajismo del psicoanálisis fuera de lugar suele darse entre los propios psicoanalistas.
No son todos. Aunque sí, un número considerable de experiencias vividas y escuchadas como para sufrir un efecto de desagradable repetición: ¡otra vez lo mismo!
Hay quienes ante el menor conflicto con un colega sacan de la manga sus intervenciones analíticas como defensas predilectas. Algo tan despreciable como las armas químicas de ciertos países. Entonces, suelen decir cosas como: deberías revisar tus cuestiones edípicas, no me transfieras tus problemas (cuando quien habla no es más que quien transfiere y lo niega), me extraña que vos estés diciendo esto, es grave que no puedas escuchar lo que te digo (cuando lo que sucede es que el otro escucha pero no está de acuerdo), etc., etc.

Ninguna posición es más funesta que la obscenidad. Las intervenciones analíticas están hechas para un contexto determinado que no debiera atravesar los muros de la relación analista – analizante. Sin embargo nunca falta algún “psicoanalista” acorralado que saca a relucir sus palabras de consultorio porque se ha quedado sin palabras de las otras. Aquellas que sirven para que la gente en plural se comunique.
Claro que ciertas profesiones pueden colaborar con cierto sesgo en la mirada sobre el mundo, lo que hay que controlar es la lengua. No todo lo que se piensa se puede decir en cualquier lado y de cualquier manera, sólo por ostentar una mustia chapa profesional. Muchos dirán: vicio profesional. Es posible, pero hay que combatirlo.

4 comentarios:

laloka dijo...

Estimada Natalia: en principio felicitarte por la idea, creo que nos humaniza un poco mas. Creo que a veces tambien actuamos como la gente espero, ellos piensan y, en parte quieren, ser analizados. es el misterio de saber de uno mismo lo que uno mismo no sabe. La combinacion entre los psicologos 24 hs y los "amigos" curiosos (y a veces desafiantes) generan casi un vicio analítico. Cada vez que alguien me pregunta algo o comenta para buscar mi analisis siempre respondo lo mismo: no estoy trabajando!
Es dificil que los demas supongan que uno sabe de todo, que es especialista en asuntos de la vida o que siempre hay una respuesta. Esto también responde al imaginario, a esta cuestion de que arreglamos todaas las vidas. Incluso me sucede que hay gente que ni habla para no ser "Descubiertos" delante de un gurú de la mente. Es dificil ser un ser humano así!!!

Saludos

Natalia Zito dijo...

laloka,

Gracias por tu comentario. Veo que somos colegas, espero que sigas paseando por aquí a menudo.
La idea de humanizarnos un poco tiene que ver con una postura ética en mi trabajo, si la castración no empieza por casa... no hay muchas chances de llegar a buen puerto.
Bienvenida!

Saludos,

Natalia

Marie M. dijo...

Natalia, soy seguidora de tu blog... Que buen artículo! Tenés tanta razón, creo el psicoanálisis más feroz y agresivo es el que se hace entre los jóvenes colegas... Una vez una profesora dijo, con sonrisa de Gato de Cheshire "No hay nada peor que un psicólogo recién recibido"!!!!
Te faltó una! Cuando una cuenta alguna desventura, y tal vez sólo quiere desahogarse con una amiga, y las respuestas son: "Pero... vos ahí lo que tenés que preguntarte es..." o "Ajá, o sea que tu pregunta es....".
Y como dijo Laloka, nunca falta el amigo que cree que somos el Oráculo caminando, siempre dispuesto a repartir grageas de sapiencia sobre la vida! Recurren a nosotras con preguntas del tipo "Vos seguro que sabés que hacer", "vos qué harías? qué opinás? Lo que hizo Fulanito estuvo bien?".
La tentación está siempre presente. Yo brego por ser psicóloga-psicoanalista y ser humanda, por tener amigas colegas que no me analizen.
Un abrazo y es un gusto leerte!

Natalia Zito dijo...

Mariela:

Que bueno que te guste lo que escribo!

Mirá, lamento pinchar el globo pero todo el artículo está inspirado en intercambios de colegas no tan jóvenes, algunos hasta consagrados. Digo pinchar el globo porque al parecer no es algo que se resuelva con el tiempo, a veces empeora! Y bueh, mejor hablar de ciertas cosas.

Saludos.

Natalia